Este superdeportivo difícilmente ganará un concurso de belleza, pero si la victoria hay que ganarla compitiendo en el asfalto hay pocos coches que puedan superarlo. Sus 700 cv se envían a las ruedas traseras para crear una de las sensaciones de conducción más puras que puedan comprarse hoy en día. Este ejemplar es un Apollo Speed, el más rápido de los Gumpert, y ha sido avistado en Mónaco.
Muchos ya os habréis dado cuenta de que lleva tapacubos. En este caso no tratan de cubrir unas llantas de latón como ocurre en los coches urbanos, sino de asegurar un flujo de aire absolutamente perfecto. Es evidente que unas buenas llantas mejoran el acabado significativamente, pero cualquie aportación es buena para la aerodinámica. También hay unos pequeños deflectores en el los laterales del labio frontal que aporta un poco más de carga aerodinámica, algo en lo que pensaron con detenimiento los chicos de Gumpert al crear el Speed.
En la parte posterior encontramos lo que esperábamos, un alerón y un difusor. Esos dos componentes hacen que el coche tenga siempre un buen apoyo en el eje trasero y mantenga la tracción cuando los 700 cv empujan con fuerza. Con su peso de sólo 1200 kg esto más que un coche es un cohete capaz de acelerar hasta los 100 km/h en tres segundos clavados y de circular a una velocidad de 360 km/h. En la ciudad de Mónaco será difícil disfrutar de un coche tan rápido e incómodo como este, pero cuando abandonas la ciudad y te encuentras con tantas carreteras repletas de curvas será imposible no pisar el acelerador y aumentar las revoluciones del motor al mismo ritmo que las pulsaciones de tu corazón.
