Se podría decir que al conductor de este Ferrari California se le ha aparecido un ángel, o tal vez dos. Perdió el control del deportivo mientras conducía y se precipitó al bosque, donde se encontraron piezas desperdigadas hasta a cien metros. El motor se separó del coche, pero el conductor sobrevivió al accidente. Fue trasladado al hospital donde se recupera de las lesiones que le produjeron el choque.